En las primeras escenas de la película un hombre se toma un último respiro antes de entrar en combate. El hombre es François Marín (François Bégaudeau en realidad),  profesor francés que enseña Lengua a chicos de entre 13 y 14 años;  el campo de batalla es un instituto de la periferia de París habitado por la multiculturalidad, a  donde acuden la tercera generación de inmigrantes africanos, magrebíes, asiáticos y algún que otro francesito de escaso nivel social.

La película se basa en el libro Entre les murs escrito por François Bégaudeau que narra sus experiencias como  profesor de secundaria. Está rodada con pocos medios y con actores no profesionales. El director Laurent Cantet,  trabajó durante un año con los chavales en un taller de interpretación  y además,  uno de los protagonistas, el profesor François Marin es el propio autor del libro.

El guión retrata las peripecias que acontecen en la clase de Marin durante un año escolar. Por un lado el profesor,  decidido a enseñar Lengua francesa a sus alumnos,  cargado de buenas intenciones que choca con la insolencia, la indisciplina y la incomprensión de unos chicos que ni siquiera se sienten franceses y que consideran que los conocimientos que trata de inculcarles no les van a servir para nada en su vida. Estas circunstancias provocarán el desaliento y la indignación de los profesores que llegarán a perder los nervios en el aula.

La clase plantea los problemas que existen en el sistema educativo francés sin intentar resolverlos o juzgar a los protagonistas. El fin de la película coincide con el final de curso, que el Instituto celebra con un divertido partido de fútbol entre educadores  y alumnos, en un precioso día soleado. Lo que en principio puede parecer un final feliz, no lo es, pues casi al mismo tiempo  uno de los alumnos, Suleimán,  es expulsado por mal comportamiento. Una circunstancia que a él le acarreará la inmediata deportación a su país de origen.