En Mediateca: el documental Ai Wewei: never sorry

La estadounidense Alison Klayman debuta con fuerza con Ai Weiwei: Never Sorry, documental que obtuvo el Premio Especial del Jurado en el Festival de Sundance de 2012. Se centra en la figura de Ai Weiwei, artista y activista chino que adquirió notoriedad internacional cuando ejerció como asesor artístico de la construcción del Nido de Pájaro, estadio concebido para los Juegos Olímpicos de Pekín de 2008, aunque posteriormente él mismo no se cansa de denunciar el uso propagandístico del evento por parte de los dirigentes comunistas.

Mediante los testimonios del propio Ai Weiwei, otros artistas, galeristas, familiares y seguidores, Klayman muestra en el film sus provocadores montajes, en los que por ejemplo destruye vasijas neolíticas y pinta en una de ellas el logotipo de Coca-Cola, o llena una extensa sala de la Tate Modern londinense con un millón de reproducciones de semillas pintadas a mano. También se adentra en su vida personal, centrándose en la relación con su madre (su padre fue Al Qing, importante poeta), y el hijo de año y medio que ha tenido con una mujer distinta a su esposa. Pero sobre todo, el film se centra en su intenso activismo político, denunciando los excesos del gobierno comunista chino.

Ai Weiwei: Never Sorry se abre con unas sugerentes imágenes de uno de los 40 gatos del artista, que es el único de todos ellos que ha conseguido abrir una puerta. El animal se convierte en la metáfora del individuo independiente, capaz de elegir su propio camino y de esforzarse por lograr lo imposible. Tiene gran interés todo lo relativo al uso de las redes sociales, pues Weiwei denunció a través de su blog las irregularidades que rodean la muerte de más de 1.000 niños, atrapados en frágiles edificios escolares construidos por el gobierno, a causa del terremoto que sufrió la ciudad de Sichuan, en 2009. Después de que le clausuraran el blog, Weiwei siguió adelante a través de Twitter, donde se ha convertido en una especie de guía para los ciudadanos que tratan de informarse y unirse contra las atrocidades del régimen comunista.

Valioso alegato pro libertad de expresión, los momentos más escalofriantes de Ai Weiwei: Never Sorry son aquellos que se centran en la represión de la libertad de expresión por parte de las autoridades. El protagonista fue golpeado por un policía, hecho que denunció a sabiendas de que no se iba a investigar el asunto. Las secuencias finales se centran en su escalofriante detención, que tuvo lugar el 3 de abril de 2011. A lo largo de 81 días, se ignoraba su paradero y permaneció constantemente vigilado, incluso cuando dormía. Posteriormente salió en libertad condicional, imputado por evasión de impuestos, y se le ha prohibido continuar con sus denuncias, y expresarse a través de Twitter. (decine21)

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