El pasado 5 de diciembre murió a la edad de 95 años y tras una penosa enfermedad Nelson Mandela, líder sudafricano en la lucha contra el racismo y el régimen del apartheid y elegido  posteriormente presidente de su  país. Había nacido el 18 de julio de 1918 en Mvezo, una pequeña aldea de Sudáfrica perteneciente al clan Madiba. Tuvo una infancia feliz,  rural e  idílica. Hijo de un jefe de tribu, nació y creció entre la realeza africana libre de  esos  sentimientos de inferioridad respecto a los ciudadanos blancos con los que crecían la mayoría de los niños negros.

A los 21 años, después de recibir  una buena educación se traslada a vivir a Johannesburgo donde por primera vez toma conciencia de la situación social y política de su país: el racismo impregna la sociedad sudafricana. La casa en la que reside, el bus que coge cada día y el trabajo que realiza  están destinados en exclusiva a africanos negros. Pudiendo llevar una vida cómoda como abogado él decide rebelarse contra las leyes racistas y se convierte en líder del Congreso Nacional Africano y  de la lucha por igualdad entre los sudafricanos. Con la intención de acallarlo y doblegar su voluntad, es encarcelado durante casi treinta años. El Gobierno no consigue su objetivo sino que por el contrario Nelson Mandela se convierte en el icono de la lucha por la libertad y su nombre es reconocido y valorado en todo el mundo. Las presiones nacionales e internacionales contra el gobierno sudafricano conducen a su liberación el 11 de febrero de 1.990, a la edad de 71 años.

El documental, producido por Canal Historia es estupendo, se compone exclusivamente de imágenes de archivo sobre la vida de Mandela y sobre  la historia de Sudáfrica. Historiadores, periodistas, compañeros de la cárcel y el Nobel de la Paz Desmond Tutu son entrevistados ante la cámara.  El guion recorre la biografía del personaje desde su infancia hasta su llegada a la presidencia del país en 1.994 incidiendo especialmente en la faceta humana del protagonista.  Destaca de él su inquebrantable voluntad, sus  principios  y su dignidad, cualidades que mantiene en condiciones adversas y que no pierde durante los casi treinta años de cautividad.