En los cerca de 90 minutos que dura el documental ‘Trece entre mil’, Iñaki Arteta (Bilbao, 1959) repasa y revive con su cámara los relatos de trece familias de hombres, mujeres, niños y niñas, asesinados por ETA.
Arteta recuerda a esas personas y sus historias, pero va más allá y se fija en la soledad y el desamparo que sufrieron sus familiares tras haber sufrido la violencia del terrorismo. El último testimonio del documental es el de la viuda de un inspector de la Policía Nacional asesinado en Bilbao: “Ha habido más víctimas antes y después (…) esas familias van quedando atrás, aisladas, y no se vuelve a hablar de ellas. Yo no sé hasta qué punto estoy olvidada; digamos que nadie se ha vuelto a preocupar por mí, o a preguntar por mí”.
En una entrevista en El País, Iñaki Arteta explica el motivo por el que ha rodado este documental: «Quería hacer ver que, hasta más allá de los noventa, las víctimas sufrieron, además de la violencia, el abandono social de una manera incomprensible.”
En esta línea, Iñaki Arteta ha realizado otros trabajos: Infierno vasconarra la historia de algunas de las cerca de 200.000 personas que fueron obligadas a exiliarse de su tierra por la extorsión, el aislamiento o el miedo a que las amenazas se cumplieran. Voces sin libertad, Olvidados y Material Sensible son otros ejemplos. En otra entrevista en Barakaldo Digital, al ser preguntado sobre las satisfacciones y sinsabores de haber recogido historias sobre este delicado asunto, el director vasco afirma que “cualquier trabajo comprometido lleva consigo una serie de inconvenientes, pero el hecho de hacer películas con sentido social me da ya una satisfacción, unida al hecho de haber conocido a mucha gente, como a las víctimas y los que apoyan a las víctimas, que han sido fundamentales en mi vida personal y que son ejemplo para la sociedad”.
‘Trece entre mil’ es por lo tanto un alegato a la memoria de un suceso aberrante que ha pasado en España, en pleno siglo XX, en ciudades normales, entre gente normal; entre bares, coches y calles y tiendas concurridas. ‘Trece entre mil’ debe verse por su fuerza y por su carácter de cruda realidad. Para que nos recuerden lo que hicimos mal como sociedad, para que no nos olvidemos nunca, para aprender de la historia.
(Jorge Sánchez de León)

