Cada año, cientos de personas son atacadas con ácido en Pakistán. La gran mayoría de las víctimas son mujeres, que quedan destruidas moralmente y con enormes cicatrices físicas y psíquicas.
Saving face, que obtuvo el Oscar al mejor cortometraje documental en el año 2011, sigue a dos de estas supervivientes, Zakia y Rukhsana en su firme lucha por conseguir que se les haga justicia y en el intento por recomponer sus vidas. Los daños y humillaciones terribles que sufren las mujeres procedentes de sus compañeros hombres son difíciles de comprender para un occidental. Solo en una sociedad enormemente machista como la pakistaní, en la que el hombre tiene total impunidad frente a la mujer pueden suceder hechos semejantes.
El documental es estremecedor pero no desesperanzador y finaliza con la aprobación en Pakistán de una Ley que permite condenar incluso a cadena perpetua a los causantes de este delito. El esperanzador final mitiga la angustia sufrida por el espectador durante la visión de la película.