Durante más de 25 años, Afganistán ha estado en guerra. Más de dos millones de civiles han muerto. En marzo de 2001, el gobierno talibán destruyó las estatuas de piedra más altas del mundo, los «Budas de Bamiyán», con más de 1600 años de antigüedad. Los agujeros que quedaron entre las rocas se convirtieron en cuevas donde habita gente.

El cineasta británico Phil Grabsky viajó solo al centro de Afganistán unos meses después de la caída de los talibanes para la realización del documental.

A lo largo de un año, «The boy who plays on the Buddhas of Bamiyan» sigue la historia de uno de los refugiados que ahora vive en una cueva entre las ruinas… un niño de 8 años llamado Mir.

En medio de un paisaje devastado por la guerra, repleto de dolorosas historias de los refugiados, la familia de Mir sueña con una casa y un futuro brillante.

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